Este no es el fútbol femenino que queremos

   

Un lamentable episodio de violencia se dio este fin de semana tras un partido de la Liga Santafesina. Desde La Diez repudiamos estos hechos que nada tienen que ver con el fútbol inclusivo, diverso y de ampliación de derechos que desde nuestro medio militamos.

Un hecho de violencia inadmisible se dio este fin de semana en la Liga Santafesina, luego del partido de semifinales del Ascenso entre Deportivo Agua y Los Crack de Guadalupe.

Tras la finalización del encuentro, una futbolista se cruzó con una persona que estaba en la tribuna, que no se encontraba representando a ningún club. Nuestro medio no estuvo presente durante los incidentes por lo cual evitaremos repartir responsabilidades a clubes y/o jugadoras, algo que deberá hacer la Liga con las herramientas disciplinarias disponibles.

Desde La Diez sí instamos a otros comunicadores y comunicadoras a no difundir las imágenes del enfrentamiento, que son de una gran violencia y de una actitud canallesca por parte de quienes grabaron y alentaron los golpes.

El fútbol femenino que queremos, que militamos y que cada día intentamos desde nuestro lugar aportar a construir, no tiene nada que ver con estas actitudes. Esperamos que la Liga Santafesina tome nota, y no solo en cuanto a las sanciones, que deben existir, sino a algo más importante y profundo: las instancias de encuentro entre rivales, el fomento del compañerismo más allá de las camisetas, la capacitación contra todo tipo de violencias; el no dejar pasar insultos machistas, homofóbicos y racistas tanto dentro como fuera de las canchas.

Violencia jamás

La Diez se comunicó con el presidente de la Liga Santafesina, Leónidas Bonaveri, para saber qué acciones tomará la entidad ante estos hechos. «Eso lo define el Tribunal de Disciplina pero seguramente tendrán sanción», respondió Bonaveri, refiriéndose a las personas y/o clubes involucrados.

Por su parte, Viviana Servidio, coordinadora del fútbol femenino de la Liga Santafesina, se refirió al trabajo que desde la Liga se hace para evitar estos hechos. «Venimos armando protocolos, por ejemplo, los árbitros saben que cada equipo tenía que tener su delegado para evitar que desde las tribunas hagan algún tipo de problema. Y si los delegados no pueden sostener lo que pasa en su tribuna, si se grita o agrede con insultos, cuestiones homofóbicas, racistas y demás, el árbitro tiene toda la potestad para suspender el partido, frenarlo, y en ese contexto pudimos lograr que el protocolo se active cada vez que sea necesario».

Respecto de lo sucedido específicamente este sábado, Servidio indicó: «Hay que seguir trabajando mucho, mucho con esto. Estamos en un momento social bastante complejo con respecto al tema de la violencia. La violencia vista desde todas las aristas: hacia las mujeres, en la calle, en los hospitales, en todo ámbito. El fútbol de por sí no es un lugar tranquilo. Ahí va la gente a gritar muchas cosas, ahí le gritan a los árbitros, a los jugadores».

La dirigenta se refirió también a la suspensión de la Liga, de sus torneos masculinos de inferiores, en mayo del año pasado, tras una sucesión de hechos de violencia. «Tuvimos buenos resultados después de eso, pero creo que un poco se enfrió y hay que seguir trabajándolo. Hay que trabajar con los DT, con los cuerpos técnicos para que le inculquen a sus jugadores los valores. Hay valores, no es solamente salir a agarrar una pelota y jugar en una cancha. Los valores tienen que ver con esto del respeto hacia el rival. El rival al cual vos te enfrentás no es tu enemigo, es un rival deportivo en la cancha. Creo que hay mucho por trabajar con las jugadoras, con árbitros, tener un ámbito de capacitación, la formación es fundamental, las chicas que vienen en formación es fundamental, códigos, valores, no vamos a una guerra, vamos a jugar un partido».

Para finalizar, Servidio lamentó que este tipo de situaciones signifiquen un retroceso en el desarrollo del fútbol femenino local. «Venimos creciendo como fútbol femenino pero esto opaca muchas cosas, hay papás que quieren mandar a sus hijas a jugar a la pelota desde muy chiquitas y la verdad que no deja una buena imagen esto. Así que quien fue responsable o fueron responsables se tienen que hacer cargo y aceptar que se equivocaron y que no se les puede inculcar a las jugadoras que vayan a marcar la cancha con violencia. La cancha se marca con una pelota, con los botines y adentro, con un equipo».