Yanina Gaitán, tu grito sagrado

   

Argentina debutó en una Copa del Mundo en el año 2003, en el mismo torneo donde consiguió marcar el primer gol de la historia mundialista. La Diez habló con la autora de ese grito sagrado.   

Fotos: Gustavo Rodríguez

Yanina Gaitán es parte de la historia grande del fútbol femenino en nuestro país, su nombre está estrictamente ligado con la Selección Argentina, es la jugadora que hizo el primer gol del combinado nacional en un Mundial. Pero para llegar a ese lugar tan importante que hoy tiene en el fútbol femenino argentino tuvo que repetir la historia de cientos de mujeres, «crecí jugando a la pelota con mi hermano, quería participar en diferentes torneos pero no me dejaban jugar con niños, muy pocas veces».

Gaitán pertenece a ese grupo gigante de nenas que no podían jugar al fútbol con la naturalidad que juegan hoy. Primero le abrió las puertas Sacachispas y después fue Yupanqui, a partir de ahí comenzó a desandar una carrera que le permitió vestir la camiseta de la selección nacional.

Todo empezó en 1991 en Yupanqui, cuando se jugó el primer torneo oficial de AFA, luego pasó por San Lorenzo, Racing, River y Boca.

Construyendo historia

Argentina jugaba el Mundial de EEUU en el año 2003, ya había perdido sus dos primeros partidos -Japón y Canadá-, era el encuentro de la despedida, en Washington. Enfrente estaba la poderosa Alemania. El segundo tiempo ya la tenía a Yanina Gaitán en cancha. En el minuto 70 había un tiro libre para las nuestras, la arquera alemana despejaba la pelota con un puñetazo y desde afuera del área, la que tenía la «15» en la espalda, metía un zurdazo cruzado que terminaba en el fondo de la red.

Argentina perdió 6 a 1 contra la selección que se consagraría campeona del mundo. Ese gol de descuento, insignificante para el partido, sería muy importante para la historia del fútbol femenino.

– ¿Qué significado tiene en tu vida el primer gol de Argentina en un Mundial?

-Siento orgullo por haber dejado una marca en la historia del fútbol femenino, una alegría inmensa de representar a mi país, en la disciplina que amé y amaré hasta el último latido, el sentir y saber que hice algo bueno para mi país me hace feliz, siento un gran amor por Argentina.

– ¿Cuáles son los recuerdos de aquel Mundial 2003?

– Los recuerdos son hermosos, todo el marco vivido desde que llegamos a EEUU, todo muy bien organizado, estábamos a la altura de la competencia, de los hospedajes, los espacios, los terrenos de entrenamientos, las canchas previo al debut, los traslados, todo de primer nivel, muy bien organizado, la gente y la prensa que estaba presente. Fue inolvidable jugar en los estadios de Columbus y en Washington. El debut fue tan ansiado que en la noche anterior no pude dormir, quería jugar, moría por entrar. Ese primer partido no se me dio, pero el segundo con Canadá y el tercero con Alemania entré muy enchufada, con ganas de jugar, de hacer lo que siempre amé hacer, que es divertirme jugando al fútbol.

– Cómo era ese fútbol de los noventa y principio de este siglo?

– En los años noventa el fútbol femenino recién estaba surgiendo en los clubes, unos pocos tenían fútbol once, el primer torneo oficial se disputó en el año 1991, y yo integré el plantel Yupanqui. A mis 13 años jugué el primer torneo, era la más chica del equipo, la gran mayoría me llevaba más de 8 años de edad, yo estaba feliz por tener un espacio para  jugar con mujeres, porque no era común encontrar pares. Y se desarrollaba en algunas canchas con buen pasto natural y en otras de no tan buen relieve, si llovía el día previo al partido era probable que se suspendiera, y mucho más si llovía ese mismo día. Los primeros equipos que compitieron fueron Boca, River, Yupanqui, Sacachispas, Independiente, Excursionistas, Español y Laferrere.

– ¿Te ves reflejada en la lucha de muchas jugadoras actuales?

– Una como ex jugadora siempre va a estar del lado de las jugadoras, porque tuve un recorrido y junto a muchas futbolistas pasamos años haciendo todo a pulmón. Hoy falta el reconocimiento para las primeras generaciones de jugadoras que estuvimos iniciando el camino. Las primeras convocadas a la Selección Mayor que jugó en Chile, en el Sudamericano 1994 (yo estuve convocada, pero no viaje porque tenía 15 años), la Selección que jugó el Sudamericano 1998 en Mar del Plata (juegue todos los partidos), y la camada que logró la primera clasificación al Mundial 2003, todas están desvalorizadas. Creo que dimos mucho, y todo por pasión, no hay reconocimiento, y hoy muchas de ellas no están pasando un buen momento.

– ¿Cómo ves el crecimiento del fútbol en la actualidad?

– Está en crecimiento, está en el camino correcto, apostando al desarrollo. Pero lo que le sumaria es que en todos los niveles, en las divisiones infantiles y juveniles de todos los clubes trabajen con proyectos serios, con profesionales a cargo, ex jugadoras, entrenadoras que puedan transmitir sus experiencias. Deseo que haya más mujeres involucradas en el ámbito del fútbol femenino, que esté manejado por ex jugadoras, dirigentas que sientan la pasión por el crecimiento del deporte. Hay que sembrar fuerte para tener una gran cosecha. Todo tiene su tiempo, su proceso, y los cambios son necesarios y productivos.

– ¿Cómo la ves a la selección para este Mundial?

– A la selección la veo bien, motivada, con ganas de estar y participar, con hambre de gloria. Las jugadoras quieren hacer historia y eso es un plus a la hora de estar motivada. Lo bueno de esta camada de jugadoras es que varias ya vienen con un rodaje en el exterior, también tuvieron partidos amistosos afuera, y algunas juegan su segundo o tercer Mundial, o como el caso de Vanina Correa, que juega el cuarto, todo esto es un plus. Les tengo fe, vienen con el envión de lograr los dos primeros empates en un Mundial, y eso es un empujón anímico fundamental. Ojalá tengamos el primer triunfo, aportaría mucho al crecimiento de la disciplina.

– ¿Cuál es el tu presente con el fútbol?

– Estoy con la ilusión de que me llamen para dirigir algún club de Primera A, soy DT desde el año 2006, tuve varias experiencias (ayudante de campo en la UAI en 2012, cuando logró el primer campeonato), dirigí futsal en Atlanta (segundo puesto), y por último dirigí Camioneros (2021), lo agarré de cero, tuve que rearmar todo un plantel, con el objetivo de lograr el ascenso trabajé a pulmón, pero lamentablemente no alcanzó para llegar al objetivo. Hoy me sigo capacitando y con muchas ganas de formar parte de un cuerpo técnico.

Es la hora de las entrenadoras