Un centenar de futbolistas, ex jugadoras, hinchas y militantes del fútbol femenino se reunieron ayer frente al Congreso para pedir acciones concretas respecto de las condiciones en las que se desarrolla la disciplina. La convocatoria se dio a raíz de la muerte evitable de Juliana Gómez. «Todas sentimos el miedo de haber sido ella», señalaron.
Unidas por el fútbol femenino es el nombre de un grupo autoconvocado de jugadoras, entrenadoras, ex futbolistas, periodistas e hinchas que este martes se movilizaron al Congreso de la Nación para decir “Basta de desidia en el fútbol femenino” y pedir justicia por la muerte de la jugadora Juliana Gómez.
Gómez, futbolista de Argentino de Merlo, falleció en un accidente de tránsito cuando volvía de un partido en un auto particular, ya que el club no les había garantizado el transporte. Sus compañeras, que viajaban con ella, aún están recuperándose y el chofer del automóvil, Ricardo López, quien era dirigente y jefe de prensa del club, falleció este martes.
La concentración, que convocó a un centenar de personas ligadas al fútbol femenino de todas las edades, reclamó que las autoridades de AFA y los clubes garanticen mejores condiciones para desarrollar la disciplina.
«Igualdad de condiciones», «No nos den la espalda», «No nos callamos más» y «Basta de desidia en el fútbol femenino», fueron algunas de las consignas que se vieron en la plaza.

Además de la lectura del documento que elaboró la organización, diferente personas del ámbito del fútbo femenino alzaron la voz para contar sus experiencias y hacer oír sus reclamos.
Pero uno de los momentos más emotivos y dolorosos de la tarde fue cuando las compañeras de Juliana Gómez tomaron el micrófono para recordarla y pedir justicia. «Sabíamos todo lo que hacía para poder estar ahí. El club nunca nos dio nada. Perdimos una compañera, no hacía falta y no tiene que pasar nunca más«, señalaron. «Ella se esforzaba un montón por el amor al fútbol que tenía. No la vamos a recuperar, la vamos a extrañar. Les pedimos por favor que no se olviden de ella».

A continuación, el comunicado completo de Unidas por el fútbol femenino leído en la tarde del martes 18 en la plaza del Congreso de la Nación:
«Hoy martes 18 de octubre del 2022, nos reunimos acá, en la plaza del Congreso, para contarle a toda la comunidad presente cuál es la situación que se está viviendo en el Fútbol Femenino desde sus inicios.
Algunas cosas han cambiado, pero seguimos viviendo muchas injusticias y necesitamos que se resuelvan de manera urgente. Necesitamos ponerle un freno a la desidia que vivimos de manera histórica. Hemos soportado las peores injusticias, todos los tipos de violencia y nos privaron de hacer cualquier cosa, por el solo hecho de ser mujeres.
Lo que hoy venimos a expresar se ha repetido a lo largo de la historia, pretendiendo que nos mantengamos en silencio, cueste lo que cueste. Hace muchos años venimos demostrando que el fútbol también es nuestro, no solo una práctica para varones, la pasión nos pertenece a todos y todas por igual, sin importar el género.
Nos hemos apropiado de las canchas, de la pelota, de los goles y de las camisetas de nuestros clubes, defendiendo escudos a costa de nuestro sudor y esfuerzo. Pese a las negaciones, pese a la discriminación, pese a las trabas, pese a todo, seguimos acá, ocupando el lugar que muchas han pateado, homenajeando a cada mujer que hizo de este deporte un espacio ganado, conquistado por y para nosotras.
Pese al avance en materia de profesionalización del Fútbol Femenino, hasta el día de hoy sigue siendo difícil sostener nuestra participación, cuando rige un sistema que pareciera querer frenar nuestro poder y progreso.
Hoy estamos todas juntas acá, para compartir aquello que venimos callando hace muchísimos años, aquello que de alguna forma hemos naturalizado por miedo a perder nuestros espacios.
Cada vez que expresamos nuestra disconformidad e intentamos exigir las condiciones necesarias los clubes ejercen castigos sobre nosotras. Cada vez que decidimos hablar, corremos el riesgo de no ser convocadas a los partidos, o corremos el riesgo de ser expulsadas de nuestros clubes, corremos el riesgo de ser desautorizadas por los cuerpos técnicos frente a nuestras compañeras de equipo.
Pero hoy, aunque tenemos miedo por todos los riesgos a los que nos exponemos, decidimos hablar y mantenernos unidas, frente a cualquier represalia que a partir de hoy podamos recibir.
Si tocan a una, tocan a todas. Hoy, todas unidas, decidimos romper el silencio. Hoy, nos unimos en un mismo reclamo, juntas. Porque juntas, somos más fuertes.
Lo que sucedió con Juliana Gómez el sábado 8 de octubre nos conmovió a todas, de tal manera que nos motivó a organizarnos. Todas sentimos el miedo de haber sido ella. Hoy, todas somos Juliana Gomez. Hoy, más que nunca la recordamos y homenajeamos su figura, como un símbolo de JUSTICIA e IGUALDAD.
No fue un accidente, fue negligencia y consecuencia de la desidia de los clubes. El día viernes 7 de octubre las jugadoras de Argentino de Merlo se trasladaron en sus propios autos a Santa Fe. Llegan el sábado por la mañana, sin dormir, desayunan y se dirigen al estadio para jugar la fecha oficial del Torneo. Al finalizar el partido, se duchan y sin descansar, emprenden la vuelta a Buenos Aires. A mitad de camino, sucede lo peor, uno de los autos en el que iban 4 de las jugadoras, vuelca en plena ruta a la altura de Baradero. Juliana Gómez falleció al instante, 3 jugadoras son hospitalizadas y todo un plantel de jugadoras sigue afectada por los hechos.
Ofrecemos nuestra solidaridad, acompañamiento y apoyo a todas las compañeras de Juliana y a sus familias. Esto se pudo haber evitado. El club jamás puso un micro a disposición para que el traslado sea seguro.
Para poder asegurar nuestra continuidad y sostener nuestra práctica de la forma más segura posible, hemos tenido que solventar innumerables gastos de nuestros bolsillos y gracias a nuestras iniciativas, gracias al apoyo de las familias, amigos y amigas, el Fútbol Femenino sigue en pie. Gracias a nosotras.
No podemos permitir nunca más que los clubes sigan sin gestionar los transportes necesarios para presentarnos en cada fecha de visitante. Las jugadoras exigimos traslados seguros, adecuados y legales para ir juntas a representar. Previamente a cada partido que nos toca asistir, lidiamos con la incertidumbre del traslado del plantel. Tampoco nos aseguran hospedaje cuando vamos a otras provincias, exigimos poder contar con espacios de concentración y descanso; mucho menos se ocupan de nuestra alimentación previa a cada partido, entendemos que son cuestiones que no deberían representar una preocupación para nosotras.
No es nuestra obligación ocuparnos de los traslados. Nos ocupamos de organizar distintas actividades que nos permitan cubrir los gastos de transporte, comida y hospedaje, hacemos rifas, eventos deportivos, e incluso hemos tenido que pedir colaboración a la comunidad que nos rodea.
No podemos permitir nunca más que nos sigan negando la posibilidad de utilizar las canchas oficiales de los clubes, tanto para partidos como para entrenamientos. Suelen brindarnos canchas que no están aptas y no son adecuadas para nuestra práctica. Parece ser que el uso de las canchas oficiales en los clubes es sólo privilegio de los varones.

No podemos permitir nunca más la extorsión de los clubes a la hora de gestionar nuestros pases. Si hoy una jugadora solicita su pase libre pueden suceder varias cosas. En principio, nos hacen esperar por tiempo indefinido, cuando debería ser un proceso automático, sin complicaciones. Limitan nuestra posibilidad y libertad de ficharnos en otros clubes, como si les pertenecieramos. Nos ponen precio, determinan nuestro valor. A veces nos exigen la devolución de la indumentaria, incluso, en muchos casos, para que nos entreguen los pases tenemos que pagar con dinero o con pelotas. No hay nadie que regule y controle estos acuerdos ilegales, que atentan sobre nuestra autonomía como jugadoras.
No podemos permitir nunca más entrenar y jugar en espacios que no están aptos para nuestra práctica. Las jugadoras nos encontramos con vestuarios en malas condiciones, sin higiene, sin papel higiénico, sin baños (o con baños sin puertas) sin agua y sin duchas.
Exigimos contar con espacios adecuados a nuestras necesidades humanas básicas, cada jugadora debería poder contar con las comodidades previas y posteriores a cada partido, en cada vestuario. No debería ser un privilegio poder ducharse con agua caliente.
No podemos permitir nunca más entrenar sin que nos provean de los recursos básicos para llevar adelante nuestra práctica. Exigimos que cada plantel cuente con un espacio digno para realizar su entrenamiento, no solo nos referimos a canchas adecuadas, sino también a espacios con recursos y herramientas que faciliten nuestra preparación física.
Necesitamos materiales y recursos como: conos, pelotas, pesas, escaleritas, colchonetas, elásticos, pecheras etc. fundamentales para el desarrollo y el crecimiento de cualquier futbolista.
No podemos seguir permitiendo que jueguen con nuestro tiempo alterando horarios de entrenamiento y partidos oficiales, sin consultar y sin tener en cuenta que además de jugadoras, somos mujeres y madres, que trabajan, estudian y crían. En el transcurso de los torneos, los horarios y días se modifican constantemente, siempre nos informan a último momento: días y horarios de juego. Exigimos que establezcan el cronograma desde un principio y lo respeten. Todas las jugadoras tenemos responsabilidades por fuera de los clubes y deberían contemplar que actualmente, en este país, ninguna jugadora puede dedicarse pura y exclusivamente a la práctica deportiva.
Muchas jugadoras son madres, además de entrenar y jugar, también trabajan y crían. Sería importante, considerar la posibilidad de contar con espacios para el cuidado de nuestros hijos e hijas, necesitamos guarderías aptas en cada club.
No podemos permitir nunca más que nos abandonen cuando nos lesionamos, que no nos brinden asistencia médica ni acompañamiento. Los clubes nos descartan y muestran desinterés por nuestra salud. Tampoco cubren los aptos físicos a la hora de iniciar cada torneo. No podemos permitir que no pongan a nuestra disposición profesionales para atender nuestras dolencias, tratamientos y rehabilitaciones.
Las jugadoras exigimos contar con equipos de profesionales que se encarguen de nuestra integridad física y psicológica. Necesitamos planes de alimentación adecuados a nuestras necesidades como deportistas de alto rendimiento y acompañamiento idóneo en la práctica deportiva para desarrollarnos de la forma más segura y consciente posible.
Así como también, exigimos que le den importancia a nuestra salud mental, día a día nos enfrentamos a múltiples preocupaciones, exigencias y presiones, que deberían ser contenidas en algún espacio que nos brinde atención psicológica.

No podemos permitir nunca más que los clubes no nos brinden ni siquiera la ropa adecuada para representarlos. La mayoría de las veces no tenemos nuestra propia indumentaria, tenemos que usar la de los equipos masculinos, con talles que no son los nuestros, equipos de temporadas pasadas, usados y en mal estado. Muchas veces nos hemos tenido que ocupar de comprar la indumentaria nosotras mismas. Y si nos prestan la del masculino, al finalizar cada evento deportivo, nos exigen la devolución inmediata. Una vez más, haciéndonos ver que nada nos pertenece.
No podemos permitir nunca más que no brinden contratos para el plantel completo, que no cumplan con las fechas de pago, que haya desigualdad en los contratos según cada institución. Exigimos revisión de nuestros recibos de sueldo y una actualización correspondiente a la inflación.
Ser mujer futbolista impacta directo en el valor de nuestros salarios, desigual al de los varones. Necesitamos igualdad salarial en los sueldos básicos. También pretendemos que los aportes económicos brindados por los sponsors y recibidos por cada club, respeten un porcentaje específico destinado exclusivamente al Fútbol Femenino.
Cada club debería contar con equipos de prensa comprometidos en la difusión del Fútbol Femenino, a través de sitios web que informen novedades actualizadas sobre los planteles, así como también dando a conocer de manera pública la situación de las jugadoras, los eventos deportivos en los que se participa, el registro audiovisual y su correspondiente transmisión a la comunidad, para colaborar con la visualización del desarrollo del área que nos convoca y que sea una información a la que todos y todas podamos acceder. Es de suma importancia que cada club brinde la información necesaria para conocer nuestros derechos, nuestros beneficios y las obligaciones de cada entidad al mando.

No podemos permitir nunca más que los cuerpos técnicos de nuestros equipos estén liderados por personas sin capacitación en dirección técnica y preparación física. Deberíamos tener cuerpos técnicos completos, conformados por: Director/a técnico/a, asistente de campo, preparador/a físico, entrenador/a de arqueras, psicólogo/a, médico/a, nutricionista, kinesiólogo/a, masajista y utilero.
Esto no se cumple en la mayoría de los clubes. Necesitamos incorporar de manera urgente y obligatoria al menos a una mujer en cada cuerpo técnico. Sería importante poder darle oportunidades a mujeres que estén capacitadas para dirigir nuestros planteles. Y también posibilidades para que podamos formarnos y ocupar espacios dentro de los clubes. Exigimos que se considere la posibilidad de otorgarnos becas para acceder a cursos y poder capacitarnos. Actualmente, muchos equipos son dirigidos por varones sin perspectiva de género, exigimos que se aplique la Ley Micaela.
Tampoco contamos con secretarías de género que respondan a nuestra necesidades e intervengan en el incumplimiento de los requisitos expresados. Exigimos espacios seguros donde podamos expresarnos y denunciar todo lo que venimos atravesando, espacios donde existan personas idóneas que puedan prevenir e intervenir de forma directa en casos de violencia, abuso, acoso y discriminacion.
Necesitamos que se activen los protocolos de género existentes, de manera urgente. Casi siempre nuestros entrenadores y directores técnicos no están preparados para liderar los planteles femeninos.
Han ejercido violencia psicológica sobre nosotras y manipulación. Nos han dicho las peores aberraciones por no cumplir sus expectativas, o simplemente por ser mujeres y habitar espacios que ni ellos mismos están de acuerdo en que tenemos que ocupar.
Nos han enfrentado entre nosotras, nos han hecho competir de manera insana entre compañeras de equipo, han jugado con nuestro tiempo y mente, convenciéndonos de que no nacimos para esto. Quienes nos dirigen no confían en nuestro potencial y nos violentan haciendo abuso de poder, jugando con nuestros sueños y pasiones.
¿Cuántas irregularidades más tenemos que aguantar? ¿Cuánta desigualdad más, tenemos que soportar? No podemos permitir nunca más el incumplimiento de los requisitos básicos para desarrollar nuestra disciplina de la manera correcta. Exigimos que las entidades correspondientes den respuesta a nuestros reclamos, supervisen y regulen el cumplimiento de todo lo mencionado en este escrito, y que se apliquen las sanciones correspondientes frente a todas las irregularidades expresadas.
Hoy le decimos BASTA a la DESIDIA de los clubes. NUNCA MÁS puede morir una piba por el abandono de las entidades responsables. Salimos a la cancha, en cada partido, a defender clubes que no tienen como prioridad nuestro bienestar, ni aseguran la práctica segura del deporte.
Hoy es el inicio de una lucha que nos une a todas. Si mantenemos esta unidad, nuestro poder es infinito. Hoy es el inicio de un suceso histórico. Nosotras somos la historia. El fútbol debe ser en igualdad de condiciones, de manera urgente.
No nos vamos a callar. No vamos a parar hasta que todo sea como lo soñamos, se lo debemos a las pioneras, a las actuales jugadoras y a las infancias. Por Juli, por nosotras y por las pibas que vienen. No podemos permitir nunca más, que sigan mirando a un costado: NO NOS DEN LA ESPALDA».
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