Un 26 de diciembre de 1920, en Liverpool, unas 53 mil personas se dieron cita para ver el partido entre las Dick Kerr Ladies y el St. Helen. La popularidad del fútbol femenino por aquellos años no fue bien recibida por la Asociación de Fútbol (FA) inglesa, que lo prohibió en 1921.
Siguiendo el legado de las sufragistas -las feministas de la aristocracia inglesa que habían luchado por la conquista del voto femenino- que en 1895 habían formado el primer equipo de fútbol femenino (el British Ladie´s Football Club), las mujeres de la Dick, Kerr and Company decidieron terminar con la hegemonía masculina en el fútbol de principios de los años 20 y pusieron a rodar la pelota.
Ese primer partido se gestó con la salida de las mujeres al mundo del trabajo fuera del hogar. En efecto, cuando los hombres debieron dejar sus puestos en las fábricas inglesas para formar parte de las tropas durante la Primera Guerra Mundial, las mujeres debieron ocupar sus lugares allí.
La Dick, Kerr and Company, en Preston, que originalmente había sido una fábrica de insumos ferroviarios, pasó a manos del Estado con el objetivo de producir municiones para el ejército británico. Las obreras que comenzaron a hacerse cargo de ese trabajo, también encontraron en el fútbol un momento de distracción a las tareas cotidianas. Cada día, transformaban el patio del edificio para en un potrero donde jugar a la pelota.
Desde una de las ventanas de la fábrica, el administrador Alfred Frankland veía ese ritual que se mantenía y crecía año tras año. En 1917, cuando los hombres comenzaban a volver de la guerra, Frankland le propuso a una de las obreras organizar un partido a beneficio de los soldados.
Ese primer encuentro fue una muestra de lo que vendría poco después: en el estadio Deepdale, del equipo más importante de la ciudad, diez mil personas se hicieron presentes para ver el partido entre Dick, Kerr´s Ladies y Arundel Coulthard Foundry, un equipo de trabajadoras de otra fábrica.
A ese primer y exitoso partido le siguieron otros tantos por diferentes estadios y ciudades. Disputaron encuentros en Anfield, en Liverpool; Old Trafford, donde era local el Manchester United y en el Saint James Park, del Newcastle. Las Dick Kerr se convirtieron en una sensación y la fábrica comenzó a ofrecer trabajo a mujeres a cambio de que formaran parte del equipo. Para ese entonces ya tenían entrenador y reseñas en los principales periódicos del país.
La popularidad del equipo las llevó a buscar nuevos objetivos y así se dió, en septiembre de 1920, el primer partido internacional de fútbol femenino del que se tenga registro. Las Dick Kerr se enfrentaron a un combinado francés ante 25 mil personas en el estadio Deepdale, y ganaron.
Pero la foto de ese día que pasó a la historia, fue la que retrató el momento en el cual las capitanas de ambos equipos se besan antes del pitazo inicial. El fútbol femenino, diverso y disidente, desde sus orígenes.
A estadio lleno
Pero el partido que nos trae a la efeméride del día de hoy fue el que las Dick Kerr disputaron en el estadio Goodison Park, del Everton, un 26 de diciembre de 1920. En el día de la festividad llamada Boxing Day, el equipo sensación del fútbol inglés se enfrentó al St. Helen’s Ladies.
Ese encuentro marcó un récord de asistencia de público que recién fue quebrado este año. Si, 99 años después. Ese día en el Goodison Park se convocaron 53 mil personas y, se dice, otras 14 mil quedaron fuera. Ese mismo día, el público del fútbol masculino había convocado a 37 mil espectadores en otro partido.
El 17 de marzo de este año, el partido entre el Atlético de Madrid y el Barcelona en el Wanda Metropolitano congregó a 60.739 personas.
Prohibido jugar
La tremenda popularidad que el fútbol femenino estaba tomando, hacia pensar que en los años siguiente ese proceso se consolidaría y las mujeres podrían disputar partidos y torneos a la par de los varones. Pero nada de eso sucedió.
Esa popularidad asustó a los patriarcas del fútbol, que vieron su hegemonía masculina en peligro. Finalmente, el 5 de diciembre de 1921, la Asociación de Fútbol (FA) prohibió el fútbol femenino en Inglaterra. En la resolución emitida por la FA se justificaba esta decisión diciendo que «el comité consultivo expresa su opinión sobre que este deporte es inadecuado para mujeres, por lo que no debería ser promovido».
De esta forma, los equipos femeninos siguieron jugando pero perdieron el reconocimiento oficial de la FA, por lo cual los partidos fueron relegados a canchas con capacidad más pequeña, con menos recursos y exposición.
La fábrica Dick, Kerr’s and Co. cambió de dueños y pasó a llamarse English Electric. Los nuevos dueños no tenían interés en continuar promoviendo el fútbol femenino y despidieron a Frankland. Las Dick Kerr decidieron no darse por vencidas y, junto al ex administrador la compañía, fundaron en 1926 el Preston Ladies, nombre bajo el cual siguieron jugando hasta 1965.
La prohibición de la FA se extendería por cincuenta años, siendo finalmente eliminada en 1971. Pero el fútbol femenino en Inglaterra quedó librado a su propia suerte hasta 1993, cuando la FA comenzó a ocuparse de su administración y financiación nuevamente.
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