Los sueños que se hacen realidad

Foto: Josefina Nicolini
   

La Selección Argentina volvió al país luego del Mundial de Francia. Se fue en primera ronda pero el recibimiento fue de campeonas: cánticos, colores y mucho afecto. 

Por Ileana Manucci

Antes del partido contra Escocia, la rosquinense Belén Potassa nos decía que con sus compañeras fantaseaban con pasar a octavos y que, al volver al país, las reciba un aeropuerto repleto de hinchas. Argentina, finalmente, no logró la clasificación, pero el reconocimiento de la gente ya lo ganaron para siempre.

En la mañana de este sábado 22, el equipo llegó a Ezeiza y no estuvieron solas, como había sido siempre hasta hoy. Ya desde el viernes se estaba preparando todo para recibirlas. Una gigantografía del equipo que salió a jugar frente a Japón, una camiseta donde dejarles mensajes, pantalla y papelitos, todo listo.

Mientras, en París, las jugadoras dejaban el hotel que las alojó esta última semana, entre abrazos de sus familias y el reconocimiento de las y los hinchas que se acercaron a despedirlas.

Pero si como todo lo que vivieron en estos 20 días en Francia, con el histórico primer punto ante Japón, el penal atajado por Vanina Correa frente a Inglaterra, la remontada histórica ante Escocia con el penal repetido en el último minuto, las redes sociales estallando con cada uno de estos hechos, a las 23 futbolistas las esperaba la emoción de la vuelta.

12 horas después de dejar tierras francesas, el avión con el plantel aterrizó en Ezeiza y las jugadoras debieron abrirse paso entre las cientos de personas que las esperaban para recibirlas y agradecerles por este Mundial inolvidable. Entre fotos y autógrafos -una novedad para estas jugadoras- también se proyectó un video con agradecimientos para todas. No pudieron contener las lágrimas.

Con nombre propio

Muchas niñas estaban en el aeropuerto y se llevaron fotos y camisetas firmadas por las jugadoras. Ellas ahora saben sus nombres, saben que la diez no es «la Messi» sino Estefanía Banini, saben que quieren atajar como Vanina Correa, defender cada pelota como Agus Barroso y Aldi Cometti, pisarla como Lore Benítez, meter goles como Flor Bonsegundo, y un largo etcétera.

Hay una generación que va a crecer con camisetas con los nombres de estas jugadoras, sabiendo que pueden aspirar a verse ahí algún día, que ser mujer y jugar a la pelota ya no son incompatibles.

Foto: Josefina Nicolini

El año pasado, después de más de 40 años, recuperamos la historia de Las Pioneras. Conocimos a la primera Selección en jugar un Mundial, sin nada pero con mucha pasión. Esta Selección que hoy dejó Francia levantó el legado de aquella, la mística, las ganas y la necesidad de demostrar su valor, su garra, su corazón y su fútbol, claro.

Los tiempos son otros y los registros de este Mundial ya son miles, al lado de los de aquel México 71, casi invisible. Ahora retomamos el hilo de la historia, hilvanamos a Las Pioneras con Las Pibas y ya no es posible volver atrás y deshacer.

Francia fue una hermosa experiencia, para jugadoras y para les periodistas que llegamos a cubrir, pero la ansiedad por lo que se viene, nos hace a todas cosquillas en la panza. El fútbol femenino por fin fue visto y ya no va a volver a la oscuridad. El fútbol de las pibas llegó para quedarse.

Foto: Josefina Nicolini

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