¿Cuánto falta para la profesionalización del fútbol?

   

Cómo es el panorama hoy en Argentina, a qué se apunta y cuánto falta. Opinan dirigentes, jugadoras, la instructora de arbitraje de la AFA y la única entrenadora de la A.

Por Sabrina Faija / Clarín

La revolución feminista del siglo XX derribó barreras y legó conquistas, como la del sufragio. Pero los resabios machistas se apoderaron con firmeza de un terreno: el deporte. Y aún con más fuerza del fútbol. Jugar a la pelota era, hasta hace poco, una cosa de hombres, un designio divino. Incluso llegó a estar prohibido para las mujeres en lugares no tan lejanos como Brasil (entre 1941 y 1979) para «proteger» sus cuerpos, «reservados para la maternidad».

Un dato ayuda a entender el panorama. La FIFA demoró 61 años en organizar el primer Mundial de fútbol femenino. Fue en 1991, cuando el de los hombres ya acumulaba 14 ediciones.

Diecisiete años después, y empujado por una activa lucha feminista en Argentina, el fútbol femenino se encamina a su conquista más grande: lograr la profesionalización de la actividad en el país.

Ricardo Pinela, presidente de la Comisión de Fútbol Femenino de la AFA, le asegura a Clarín que eso llegará «en cuatro o cinco años, no sólo en Argentina sino en toda la región».

En ese sentido, Colombia dio un paso al frente cuando puso en marcha su Liga Profesional la temporada pasada. La final que Independiente de Santa Fe le ganó a Atlético Huila se jugó en El Campín de Bogotá, ante 33.327 personas.

«En Colombia vas a un partido de mujeres y el estadio de Primera está lleno. En cambio, nosotras jugamos en canchas con gente parada detrás de un alambrado. Pero si vos me preguntás cuánto tiempo falta para que se profesionalice yo te digo que ya casi estamos. Cinco años puede tardar en que todo esté profesionalizado», dice Karina Medrado, DT en Lanús y única entrenadora de la Primera División de AFA.

El Lanús que Karina Medrado condujo a la A (Prensa Lanús)

Medrado hace referencia a los casos de chicas que reciben un ingreso mensual, como es el de Sofia Florentin, la jugadora que para este torneo pasó de River al tetracampeón UAI Urquiza. Los sueldos no están ni cerca de los que maneja el fútbol masculino, ya que rondan los 15 mil pesos.

«En River ya había cumplido un ciclo, y fui en busca de un nuevo objetivo así que decidí irme a la UAI. Ya en River recibía un viático así que es algo que ya se va repitiendo en varios clubes, lo que lo hace un poco más profesional«, explica Florentin.

El optimismo de ellas se opone con la visión de Camila Gómez Ares y Luana Muñoz. La primera es jugadora de Boca y trascendió en los medios al ser elegida para la campaña publicitaria de la camiseta hace unos meses. La otra se desempeña profesionalmente en Estados Unidos, donde juega en el Tyler Junior College.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

¡Miren la nueva camiseta de Boca! Cada día se acerca más el momento de volver a llevarla con pasión. #EstoEsBoca

Una publicación compartida por Camila Gómez Ares (@camugomezares) el

«Noto un avance en el fútbol femenino. Y como los clubes se vieron obligados a sumar su equipo de mujeres, la actividad creció. Pero dudo que en 5 años se pueda profesionalizar el fútbol femenino, ojalá me equivoque y sea posible. Pero por cómo están las cosas hoy es complicado. Falta más apoyo por parte de la AFA, tanto económico como en otros aspectos», opina Gómez Ares.

«Somos optimistas: el fútbol femenino tiene que profesionalizarse lo más rápido posible. Pero cinco años es algo muy cercano como para que el deporte sea realmente profesional y no algo atado con alambre y una falsa profesionalización, como sucede en otros países. La idea es que no sea dos pasos para adelante y uno para atrás, eso no ayuda para nada. No sólo en el fútbol femenino, en ningún deporte. Cuando sea, debe ser de una manera correcta», prioriza Muñoz.

¿Cuál es la diferencia con el desarrollo en el país de las campeonas del mundo? Además del estructural, porque Estados Unidos es una potencia económica, allí se priorizan las bases: «Juegan desde chiquitas y luego pasan a una universidad, que te lleva luego a la profesionalidad«, remarca la futbolista que se desempeña en Texas.

Luana Muñoz con la camiseta de la Selección

La explicación recae en la ley federal Title IX, sancionada en 1972, que obliga a las universidades a dar las mismas condiciones al deporte masculino y al femenino, impidiendo la discriminación por cuestiones de género. Además, implica que las disciplinas femeninas cuenten con igual presupuesto, instalaciones, medios y número de becas deportivas que las ramas masculinas.

Además, como en Argentina no hay divisiones inferiores, las mujeres que hoy juegan, como Florentin, empezaron en equipos de hombres. «Me escapaba para ir a jugar en el club del barrio», cuenta la defensora de la UAI Urquiza.

De a poco, eso va cambiando. No solo porque se ven más nenas jugando a la pelota sino porque desde este año hay un torneo de Reserva con jugadoras de 14 a 17 años. «Todavía no se pueden armar completas las Inferiores porque los clubes no tienen una estructura, pero es el comienzo del desarrollo de las juveniles», remarca Pinela, el máximo responsable del fútbol femenino en AFA.

«Con esto ya te están obligando a que jueguen esas jugadoras que en Primera no juegan a los 16 años porque están madurando todavía», aporta Medrado. Y Florentin comparte: «Las categorías menores son el semillero de lo que va a ser el fútbol femenino en el futuro. Ahí está la clave, en aprender desde chicas a la par del fútbol masculino para llegar a la etapa competitiva en la mejor forma técnica posible para avanzar en lo físico y táctico sin problemas».

«Uno de los puntos fundamentales es el desarrollo de juveniles. El futuro es muy importante pero sin presente no hay futuro. Las chicas no crecen en el fútbol femenino diciendo ‘Quiero ser como Estefanía Banini’, sino que crecen copiando ejemplos masculinos y no una imagen femenina, por eso digo que el presente es muy importante, que las jugadoras crezcan con identidad y las juveniles sabiendo que tienen ejemplos a seguir, personas que en el pasado lo dieron todo por el fútbol femenino y deben copiar estilos de juego», reflexiona Muñoz.

Pero el fútbol femenino no es solo de quienes lo juegan. El arbitraje y la dirigencia son dos patas fundamentales que necesitan nutrirse también de mujeres. El primero avanza: en 2018, después de muchos años de ingresos espasmódicos, ocho árbitras fueron inscriptas en la AFA.

«Es el mayor ingreso. Oficiales ya hay 25 para dirigir tanto masculino como femenino. Normalmente entran una o dos por año, por eso que lo hayan hecho ocho es buenísimo, además hay muchas estudiando en las escuelas», valora Sabrina Lois, instructora y asesora de la Dirección Nacional de Arbitraje de la AFA.

Sabrina Lois durante un curso en la AFA.

Ser árbitra profesional, además de un curso de dos años, implica someterse a pruebas exigentes  y por eso Lois destaca que algunas -fundamentalmente las que arrancan después de los 40 años en la profesión- optan por dirigir en las distintas ligas regionales «pese a que están muy bien físicamente» porque no pueden llegar a ese nivel.

Lois entró a la AFA como árbitra hace 18 años y ahora, como Instructora Arbitral, se encarga de derribar algunos mitos. «Nos conviene estar en el mismo vestuario con nuestros compañeros. Cuando nosotras empezamos, nos daban otro y no podíamos conversar cosas con los compañeros. Ellos no pueden estar en otro lugar», dice. Por otro lado, se refiere al salario: «Al hombre y a la mujer les pagan lo mismo. El monto varía según sea fútbol femenino, masculino o juveniles. Pero el sueldo es el mismo».

El crecimiento en el fútbol también debe verse en la dirigencia. Si bien son muchos los clubes que tienen a mujeres a cargo de, por ejemplo, los departamentos de Prensa, Comunicación y Marketing, no es fácil hallarlas en comisiones directivas. La flamante presidenta de Banfield, Lucía Barbuto, irrumpió este mes para empezar a romper con lo establecido, pero apenas es el primer paso de un largo camino.

Laura Díaz es la coordinadora de la divisional B de Fútbol Femenino. En su club, Comunicaciones, integra la Comisión Directiva de Fútbol Femenino y de Futsal, además de ser parte de la comisión de referentes. Todo ad honorem. En la AFA, además, cumple un rol activo acompañando a la Selección femenina; estuvo como jefa de delegación, por ejemplo, en la última gira por Estados Unidos y Puerto Rico. «Tuve que tomarme mis vacaciones, pero resigné mis 15 días con muchísimo amor porque las chicas se lo merecen y sirve para sumar experiencia», cuenta, ya que complementa su trabajo como administrativa en una empresa con su verdadera pasión.

«Si bien domina el hombre, estamos en un momento importante. A veces al hombre le cuesta aceptar que la mujer sabe, pero es importantísimo que estén los dos géneros, porque se dan debates espectaculares. Quizás hace cuatro años se decía que era una locura. Ahora no. Por eso, también es importante que el dirigente de fútbol femenino sea parte de la Comisión Directiva del club o, al menos, esté en contacto para comunicar demandas y resolver a tiempo necesidades», afirma Díaz, desplegando el deseo de que más mujeres se conviertan en dirigentes de sus clubes.

En la Selección. Laura Díaz durante la última gira.

En eso, remarca Pinela, debe haber un trabajo en conjunto con la AFA: «El 90% de los delegados de Fútbol Femenino no son miembros de las comisiones directivas de sus clubes. Por eso, las estamos impulsando con la Selección Nacional de mujeres, donde decidimos que a los viajes vayan delegadas; ya fueron entre ocho y diez. Ellas están haciendo sus primeras armas para transformarse en dirigentes y el primer paso es presidir una delegación. Hay que formar dirigentes, y esa es nuestra tarea«.

Para el dirigente también es importante que más mujeres se vuelquen a la dirección técnica y que en poco tiempo el caso de Karina Medrado no sea el único en Primera.

«Hemos tenido conversaciones con la escuela de técnicos para otorgar becas. El año que viene, además, se va a invitar a participar de entrenamientos de la Selección a aquellas jugadoras que estén cerca del retiro y tengan la intención de ser técnicas en el futuro, para que se acerquen a la actividad», adelanta Pinela.

Medrado, por su parte, opina que todavía «el fútbol es muy de hombres, es muy machista». «Soy la única mujer en la A, pero no somos las más. No estamos abundando, todo lo contrario. Ellos llevan más tiempo en el desarrollo y son los que se llevan el reconocimiento. Pero estoy tratando de cambiar esa idea», agrega.

La entrenadora de Lanús, que ascendió como jugadora en El Porvenir y volvió a hacerlo como DT del Granate el torneo pasado, está en segundo año del curso de técnico y aunque dice que «ahora el trato es normal», «al principio era un poquitito machista». «Pero cuando se van dando cuenta de que vos no hablás pavadas, ya no te tratan como minita. Y yo tampoco dejo que lo hagan, me pongo a la altura de ellos», completa.

Díaz, además, sugiere que sería «una buena alternativa» que la materia de dirección técnica aparezca en los cursos del profesorado de educación física. «Estamos en un momento clave: crece lo que esté involucrado con el deporte», explica la dirigente de Comunicaciones, que también se ilusiona con que la profesionalización del fútbol femenino llegue pronto: «Es difícil ir a trabajar y a entrenarse, sería una gran noticia para las jugadoras».

El fútbol femenino, un deporte en auge pero sin retorno

El fútbol mueve millones. Con cada apertura del libro de pases, las cifras aumentan. Hace un año, París Saint Germain impresionó al resto de los clubes al desembolsar 222 millones de euros por Neymar. Sin embargo, el mundo de la pelota discrimina según el género y el fútbol femenino apenas es profesional en un puñado de países.

Además, debe soportar barreras machistas. En 2004 el entonces presidente de la FIFA Joseph Blatter sugirió que las futbolistas debían «usar pantalones cortos más ceñidos y camisetas sin mangas para crear una estética más femenina» y así «atraer a más hombres como espectadores».

En realidad, lo que piden las jugadoras es fomentar la formación de juveniles para que el fútbol femenino crezca técnica y tácticamente, como hizo Estados Unidos. Seguramente, haber sido el primer campeón del mundo (en China 1991) y el último (Canadá 2015) le dio tal impulso que es la actividad más practicada por niñas de entre 14 y 18 años.

Estados Unidos: últimas campeonas y potencia mundial.

«La forma de masificar es la actual, que haya femenino recreativo para encontrar potenciales jugadoras para proyectarse en el competitivo. Y los ingresos siempre van a depender de que los que pueden aportar se interesen en hacerlo porque hay mucho para explotar», opina Florentin.  «Creo que si hubiera un apoyo para nosotras, creceríamos futbolísticamente. De esa manera, crecería la Selección, nos iría mejor en Sudamericanos, Mundiales, Juegos Olímpicos, y así nos beneficiaríamos todos, porque generaríamos ingresos, seríamos conocidas, las marcas también se beneficiarían. Cómo pasó con Las Leonas«, compara Gómez Ares.

Luana Muñoz, por su parte, aplica el conocimiento que le dieron los años en Estados Unidos: «El deporte siempre vende pero para que llame la atención debe ser competitivo, y luego tener visibilidad. Cómo yo voy a comprar el producto si no conozco nada al respecto. Estamos pidiendo que crezca de la nada el fútbol femenino cuando no existe visibilidad. Hay que darles espacio a las mujeres en los medios. Si en un programa vemos cinco hombres sentados en una mesa discutiendo que el fútbol no es para mujeres, la gente va a seguir con esa mentalidad retrógrada«.

La árbitra Lois hace hincapié en las divisiones inferiores: «Si se empieza desde las bases, las chicas llegarán con buena preparación técnica y táctica. El fútbol va a ser más vistoso todavía y va a interesarle a más canales de TV y a empresas porque hay un negocio que no está explotado«.

«Lo que no hay es espacio y plata para destinar a una disciplina que no tiene retorno«, resalta la entrenadora Medrado. Y agrega: «Nosotros en Lanús tenemos escuelita, con nenas de 5 o 6 años, pero son poquitas, tenés que estar juntando edades. Si no se pone desde el colegio, se va a hacer difícil».

Los dirigentes, por último, piden el apoyo de la gente. «Necesitamos que la población apoye al fútbol femenino y concurra a la cancha. Hoy se pueden vender muy pocas entradas por fecha, por eso necesitamos que se conozca el fútbol femenino, donde todavía las jugadoras juegan por la camiseta», concluye Pinela.

Algunos números

-Esta temporada, la AFA estuvo al borde de la creación de la divisional C. Sin embargo, se decidió aumentar el número de equipos en la B, que pasó de 18 a 22 equipos, divididos en dos zonas de 11. En la A, en tanto, participan 16.

-Se redujo el número de fichajes: cada plantel puede tener 23 jugadoras, además de tres sub 20 y cuatro sub 17. Con esto se buscaron dos cosas: aumentar la competitividad entre los clubes y desarrollar las juveniles.

-En noviembre, la Selección femenina se jugará su pasaje al Mundial de Francia del próximo año. El rival será Panamá y el partido de ida se jugará en cancha de Arsenal, el jueves 8. El equipo de Carlos Borrello buscará ganar el repechaje y acceder a esa plaza.

Sumate a LaDiezFC

Sabemos que no todos pueden pagar para leer noticias, por eso no restringimos nuestros contenidos. Si no podés pagar, podés seguir leyendo gratis.

Pero si podés hacerlo, te damos dos razones para bancar a La Diez:

  1. Hay muy pocos medios que difundan al fútbol femenino. Somos la única web de Santa Fe y una de las pocas en el país.
  2. Somos un medio cooperativo. Todo es a pulmón, por eso tu aporte va directo a sostener lo que hacemos.

¿Quéres bancar a La Diez con un aporte? Para nosotros/as va a ser muy importante.

Socio Adherente $450 Socio Activo $700 Socio Pleno $1000

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí