Alba: la chica trans que lucha por jugar al fútbol en España

   

Hasta que no obtenga su DNI con su nuevo nombre, Alba Palacios solo puede entrenar y jugar amistosos con su equipo de Las Rozas. El año que viene puede convertirse en la primera jugadora trans española federada. Acá, nos cuenta su historia.

Por Ileana Manucci

“Dejé de sentirme Álvaro desde muy pequeña. Con siete años ya me gustaba vestirme de chica pero siempre he tenido gustos de chico», cuenta Alba Palacios en una nota que recientemente publicó El País de España. Esos gustos a los que se refiere Alba, son los que culturalmente se espera que atraigan a los niños: el fútbol y los autos. Por eso, quizás, para su familia fue una sorpresa que ese niño que disfrutaba pateando una pelota, en realidad, fuera una niña. “A los siete años comencé a preguntarme por qué no podía ser como las demás niñas”.

La historia de Alba, de 31 años, busca visibilizar la realidad de las chicas trans dentro del fútbol y los problemas a los que se enfrentan para poder jugar y desarrollarse como cualquier otra deportista.

En diálogo con La Diez, Alba comenta cómo es el proceso que debe seguir en su país para poder obtener el DNI que de cuenta de su identidad reafirmada. “Empecé a ir al psicólogo en abril del 2016, y en marzo de 2017 me diagnosticaron oficialmente la disforia de género. Fue entonces cuando inicié mi tratamiento hormonal y a partir de ese momento empecé a visibilizarme como mujer trans. Poco a poco se lo comuniqué a mi familia y amigos cercanos y, con el paso de los meses, ya se lo trasladé al resto de personas”.

La Ley de Identidad de Género española, a diferencia de la argentina, patologiza las identidades trans bajo el diagnóstico de “disforia de género” y les exige que, para poder obtener el DNI con su cambio registral, se sometan a dos años de tratamiento con psicólogos y psiquiatras, para que quede “probada” psicológicamente su identidad de género. “Desde que me dieron el diagnóstico empecé mi tratamiento hormonal, que consta de un bloqueante de la testosterona y estrógenos. Ahora mismo ya llevo 1 año y 4 meses, pero según la legislación española hasta que no se cumplan los 2 años de tratamiento no puedo gestionar el cambio de nombre y sexo en el DNI. Por tanto, tengo que esperar hasta marzo de 2019 para tramitar el cambio”, comenta Alba.

En Argentina, para realizar estos cambios registrales, las personas trans sólo deben expresar su voluntad de hacerlo, lo cual hace de nuestra ley de identidad de género -sancionada en 2012- una de las más avanzadas del mundo, ya que no patologiza la transexualidad. La ley española -de 2007- si lo hace, y por eso el colectivo LGBTIQ todavía espera y exige al Congreso por la reforma de dicha normativa.

El derecho a jugar

Alba necesita su DNI, entre otras cosas, para poder jugar al fútbol con sus compañeras de Las Rozas C.F., un club de la ciudad Las Rozas, municipio que se encuentra a unos 25 kilómetros de la capital española. “Entreno con ellas todas las semanas y puedo jugar los partidos amistosos; pero aún no puedo participar en los partidos oficiales porque necesito tener mi DNI con mi nuevo nombre y sexo para poder jugar”.

A partir de ahí su lucha será otra: jugar al fútbol como federada con su nueva identidad, una situación que no tiene precedentes en España: “Tengo que ir a la Federación con mi DNI y mi analítica, que demuestra que tengo el mismo nivel de testosterona que una mujer, que no me dopo. Y son ellos los que decidirán si puedo jugar como Alba en Las Rozas C.F. que es donde entreno ahora”.

-¿Conocés otros casos como el tuyo en España?
-Conozco a una chica trans que se federó en fútbol sala, y hace poco conocí en persona a otra chica que juega al fútbol, pero no federada. La verdad es que somos muy pocas.

Antes de comenzar su transición, Alba jugaba en el equipo de varones del C.F. de Pozuelo, y una de las cosas que más le preocupaban de este proceso era poder seguir jugando al fútbol como profesional, en un deporte que es su pasión y ha sido su soporte vital en todo este cambio.

-¿Cómo fue la reacción de tus compañeros ante tu decisión de transicionar?
-En ese momento sólo se lo dije a mi entrenador, ya que no quería revolucionar al equipo. Se lo conté porque iba a empezar mi tratamiento y pensé en dejar el equipo para no ocasionar ningún problema y porque sabía que mi rendimiento iba a bajar. Entonces él me preguntó qué ocurría y se lo dije. Me apoyó en todo momento y me animó a continuar jugando en el equipo. Al final de temporada, también lo compartí con algunos de mis compañeros porque me preguntaron si iba a seguir jugando el año siguiente y les tuve que decir que no. La verdad es que hubo quien se quedó bastante en shock, pero fue todo bien.

-¿Cómo es jugar con chicas? ¿Ves diferencias?
-En cuanto al estilo de juego, no creo que haya mucha diferencia, aunque sí hay matices. En el fútbol masculino hay más presión y dureza en el cuerpo a cuerpo. El fútbol femenino es más vistoso y, en general, hay mucha calidad técnica.

-¿Recibiste algunos comentarios hostiles por jugar en un equipo de mujeres?
-La verdad es que la mayoría de la gente me ha acogido muy bien, aunque siempre hay alguna voz en contra, pero han sido muy pocas. En cuanto a fuerza estoy a la par con muchas de las chicas e incluso las hay más fuertes que yo. Lo que sí es cierto es que soy una chica muy rápida, lo era antes y sigo siéndolo. ¡Eso es algo que no se pierde! Digamos que es mi punto fuerte, pero en técnica y fuerza me veo superada por muchas compañeras.

Según le contó a El País su entrenador, David Herrero, Alba es una integrante más del equipo que «juega muy bien al fútbol pero tiene que adaptarse porque no es lo mismo jugar con chicos que con chicas”. Él y sus compañeras del club coinciden en que la Federación tiene que permitir el cambio en su carnet de federada. «Su cuerpo es el de una mujer,  la hormonación femenina que ella recibe no está considerada como dopaje», relata su entrenador. 

– ¿Crees que dar a conocer tu historia puede ayudar a otras personas que quizás estén pasando por procesos similares?
-Yo creo que sí es importante visibilizarlo. A mí me hubiese gustado conocer a una chica trans jugadora de fútbol profesional hace tiempo. Tener un referente que haya pasado por lo mismo hace que veas que es posible lograrlo y te anima a seguir luchando por tus sueños, por tu identidad. Si hay alguien que se esté sintiendo como me sentía yo hace unos años, simplemente quiero decirle que las cosas salen mucho mejor de lo que puedas estar pensando, que mereces ser feliz y que va a haber mucha gente que te arrope. Pero, sobre todo, te vas a sentir muchísimo mejor contigo mismo/a y vas a disfrutar mucho más de cada día, de cada instante de tu vida. ¡Mucho ánimo y a por ello!

-¿Cuáles son tus sueños como jugadora?
-Actualmente ya he cumplido gran parte de mis sueños: formo parte de un equipo femenino, en el que me han acogido como una más, y he jugado en partidos amistosos sin que haya ningún problema. La verdad es que eso, para mí, es maravilloso. Ahora lo único que quiero es conseguir mi ficha de futbolista federada para jugar partidos oficiales. Y si puedo ayudar a mi equipo a ascender a segunda división… ¡culminaría este bonito sueño!

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